Frente a cada suceso o acontecimiento, por simple o cotidiano que sea, existen siempre distintas miradas y posiciones.
Más allá de las normales diferencias y del respeto por las opiniones de los otros, en las versiones de los hechos, cuando se trata de situaciones que generan algún tipo de conflicto, se ve el afán de cada quien por defender y dar a conocer su “verdad”, hasta anular las afirmaciones de los otros.
Contrapartes:
En muchas de crisis, cada vez más, demostrar que se tiene la razón y que el relato de cada quien es el verídico se vuelve una carrera contra el prestigio, el buen nombre, la tranquilidad y la privacidad del otro, en muchos casos con implicaciones jurídicas.
Al final, no se sabe si el premio gordo resulta ser acabar con la contraparte, hacer prevalecer una posición o ser el que más seguidores logra sobre la prédica de que la historia contraria era la equivocada, así no más, sin argumentos o, peor aún, acudiendo a los argumentos equivocados o a la sensibilidad y la emotividad de los que lejos del conflicto empiezan a tomar partido porque sí, porque está de moda, porque me gusta lo que dicen, porque está en la red, porque es tendencia.
Personajes en el hecho:
Los seguidores se vuelven amigos, los amigos se vuelven jueces, los extraños se vuelven voceros y hasta dolientes, y todos se convierten en catalizadores de muchas verdades, de verdades a medias, de verdades mal contadas y de mentiras que se fueron construyendo sin intención.
Disponer de medios para dar a conocer una historia y sus muchas versiones está a un clic de distancia. Ante esta posibilidad, qué mejor que antes de tomar posición ocupar unos minutos para conocer las dos versiones, o las muchas que haya.
¡Ah! Y los medios, claro. Siempre con un papel esencial en la sana tarea de llevar a la opinión pública las muchas versiones, sin afán, y allí sí, sin tomar una posición distinta a la de su responsabilidad de investigar, verificar e informar, no caer en el juego de la denuncia de la que muchos ciudadanos abusan.
El daño de informar mal, pero también, el de no escuchar las muchas versiones de un hecho, puede ser irreversible para una persona, empresa, familia o comunidad, además de una manera muy tonta de perder una oportunidad para aprender…
“Para aprender el máximo posible de cualquier situación o experiencia, se necesita recoger información desde el mayor número de puntos de vista posibles” – John Grinder.