Planeación estratégica: ir más allá de lo obvio

“La estrategia no es consecuencia de la planificación, sino todo lo contrario, su punto de partida”
Anónimo

El cierre de un periodo y el comienzo de otro, resulta ser siempre un momento propicio para evaluar, hacer balances y replantearse metas. En el plano personal, en general, estamos a pocos días de hacer nuestras listas que incluyen voy a hacer ejercicio, voy a compartir más tiempo con mi familia, voy a desconectarme del trabajo los fines de semana, voy a dejar los chocolates, voy a tomar clases de… Muchos de esos, propósitos pospuestos del año que está terminando.

La lista de propósitos personales empresariales:

Las organizaciones también pasan por un proceso similar es esta época. Los equipos directivos se dan a la tarea de revisar la ejecución aún pendiente, bien para meter el acelerador o para redefinir las metas de los últimos días del año; evalúan el camino del periodo y, por supuesto, los resultados alcanzados.

Con lo anterior como punto de partida y apoyados en análisis de mercado, competencia, expectativas de su sector, panorama en materia de políticas públicas y proyección del país, se dan a la tarea de planear el nuevo año. Se revisan objetivos corporativos y se traza la ruta para alcanzarlos. Un simple resumen.

Las variables que no son obvias:

En ese ejercicio anual, cobran cada vez más relevancia variables que antes ni siquiera se consideraban, aspectos que son casi tan definitivos como los asuntos financieros. Entre algunas de esas variables, se encuentran la gestión estratégica de grupos de interés y la planeación y preparación para la gestión de las eventualidades, de la crisis.

En la primera, gestión de grupos de interés, cada vez más estamos obligados a ir más allá de lo obvio. Ya no es suficiente con tener un listado de clientes, de personas clave con quien relacionarse o de medios y periodistas. Debemos ir al detalle tanto en la segmentación como en el conocimiento de esos grupos de interés. Saber qué le gusta y que no; qué quieren, qué sueñan, qué esperan, cómo viven, cómo actúan y cómo interactúan… observarlos, escucharlos, entenderlos y “pensar por fuera de la caja” para tratar de sorprenderlos, de conectar.

En la segunda, la planeación y preparación para la crisis, ya no es suficiente con la certeza de contar con procesos y procedimientos rigurosos que nos den la garantía de tener identificados y controlados los riesgos. Aquí también es necesario “pensar por fuera de la caja”, salirnos de lo predecible y considerar que casi cualquier cosa podría pasar. Considerar nuevas amenazas, analizar las crisis de otros, incluso de sectores distintos, revisar la legislación, reentrenar a nuestros voceros, identificar otros, documentar mejores prácticas, etc.

Si aún no ha planeado su 2019, es momento de hacerlo, más allá de lo obvio.

Y si ya lo planeó, qué tal darle un nuevo vistazo.

Puede que algo no tan obvio se haya quedado por fuera.

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